La ley de inmigración francesa ha sufrido el primer golpe nada más llegar a la Asamblea para su debate el lunes. La mayoría parlamentaria ha aprobado por sorpresa una moción de rechazo preliminar presentada por los ecologistas. Esto implica que no habrá examen del texto en la Asamblea. La moción ha contado con los votos de los partidos de izquierda (socialistas, comunistas y La Francia Insumisa), pero también de la extrema derecha de Reagrupamiento Nacional, el partido de Marine Le Pen, y de la formación conservadora de Los Republicanos.
Se trata de un duro golpe para el Gobierno, que no tiene mayoría en la Asamblea y lo tiene complicado para sacar adelante las leyes, pero sobre todo para el ministro del Interior, Gérald Darmanin, cuyo futuro político queda comprometido. El ministro ha reconocido el fracaso y ha presentado su dimisión al presidente, Emmanuel Macron, que la ha rechazado.
La clave ha estado en Los Republicanos, partido del ala conservadora en cuyas filas militó Darmanin y la llave del Gobierno para poder aprobar sus reformas, pues necesita sus votos. La formación ya había dejado claro que no admitiría cambios en el texto que aprobó el Senado hace unas semanas.
La Ley de inmigración busca controlar los flujos, pero sobre todo facilitar las expulsiones de los extranjeros que hayan delinquido o aquellos que supongan una amenaza contra la República. La aprobación de la moción ha sido por pocos votos, 270 a favor y 265 en contra, pero ha unido a toda la oposición. Hay cinco diputados del partido macronista que se han ausentado de la votación.
Las salidas que tiene el Gobierno a partir de ahora son varias, aunque ninguna muy favorable: en principio, el texto sigue su trámite parlamentario y vuelve al Senado. Allí se procederá a una segunda lectura del proyecto. Esta cámara, sobre todo por la influencia de Los Republicanos, ya endureció el proyecto original, que era más equilibrado y trataba de contentar a la izquierda y la derecha.
Por ejemplo, se descafeinó el artículo que permitía regularizar a los inmigrantes sin papeles que trabajan en oficios donde falta mano de obra y se votó eliminar la ayuda médica del Estado para los sin papeles. La izquierda y la mayoría presidencial contaban con modificar la norma en la Asamblea, y devolverle el espíritu original, a través de la discusión de enmiendas, pero Los Republicanos habían advertido que no iban a aceptar un texto retocado.
MACRON, SIN APOYOS
Otra de las opciones que tiene el Gobierno es convocar la comisión parlamentaria mixta, formada por parlamentarios y senadores, para plantear un texto alternativo, pero al estar dominada por la derecha, se hace difícil un consenso. La tercera opción es retirar la ley, pero Darmanin, en una entrevista en la cadena TF1, ha dicho que esta opción no se baraja.